via ELPAIS.com - Sección Internacional by DAVID ALANDETE on 7/31/11
En el contexto de las filtraciones anónimas del portal WikiLeaks, la Administración del presidente Barack Obama se ha convertido en una implacable perseguidora de aquellos funcionarios que han compartido información clasificada con activistas o con reporteros. Mientras el soldado raso Bradley Manning, acusado de filtrar cables diplomáticos y militares, aguarda un juicio militar acusado de traición en una celda en Kansas, el Gobierno ha presentado cargos penales contra otros cinco informantes anónimos, que se enfrentan a penas de cárcel. El contraste con sus antecesores en la presidencia es patente: en los últimos 40 años solo había habido tres demandas similares. La guerra de Obama es contra las filtraciones.
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